Quizá la isla no sea el destino más buscado por los espíritus tranquilos y discretos pero a veces, aunque solo sea para recargar pilas, no alojarse en el centro del volcán deja de ser un problema para convertirse en un plus.
En OD Talamanca (www.od-hotels.com) lo tienes y por partida doble: no solo estás a tiro de piedra de la vertiginosa capital (y de las discotecas más gamberras), sino que el paisaje donde se ubica el hotel es único, y la playa, abanderada de la onda eco, es una de las menos masificadas.

El edificio engancha nada más entrar. Incluso antes, con la perspectiva de su fachada que combina muros blancos con paredes de ladrillo y los Smart Cabrio, que se incluyen en el precio de las habitaciones Junior Suite.

Dentro, triunfan los espacios híbridos –la recepción se prolonga en un bar que, a se vez, se funde con una pequeña biblioteca– y amplios, con grandes ventanales y un marcado sabor mediterráneo. La apuesta por el diseño también es evidente y tanto en sus 117 habitaciones –todas con vistas al mar, en plena bahía de Talamanca– como el resto de espacios encontrarás muebles de Eames y, jardines verticales, paredes de cedro cana- diense y bambú, patios interiores… Por C. Rodríguez.